Científicos españoles: físicos del siglo XIX

  • José Echegaray y Eizaguirre (Madrid, 1832 – 1916), fue un ingeniero, dramaturgo, político y matemático español, galardonado con el Premio Nobel de Literatura en 1904. Cumplidos los veinte años, salió de la Escuela de Madrid con el título de Ingeniero de Caminos, Canales y Puertos, que había obtenido con el número uno de su promoción, y se tuvo que desplazar a Almería y Granada para incorporarse a su primer trabajo. En 1854 comenzó a dar clase en la Escuela de Ingenieros de Caminos haciéndose cargo de la secretaría de la misma. Allí dio clases de matemáticas, estereotomía, hidráulica, geometría descriptiva, cálculo diferencial y física desde ese año hasta 1868. De 1858 a 1860 también fue profesor de la Escuela de Ayudantes de Obras Públicas. Diez años más tarde, cuando contaba treinta y dos años de edad, fue elegido miembro de la Real Academia de las Ciencias Exactas. En su carrera como científico y profesor publicó muchas obras sobre física y matemáticas. En 1865, comenzó su actividad literaria con La hija natural aunque no llegó a estrenarla en esa época. Luego, en 1874, escribió El libro talonario, considerada el comienzo de su producción como dramaturgo. Estrenó 67 obras de teatro, 34 de ellas en verso, con gran éxito entre el público de la época, aunque desprovistas de valores literarios para la crítica posterior. En 1896 fue elegido miembro de la Academia de la Lengua. En su primera época sus obras estaban inmersas en la melancolía romántica, muy propia de la época, pero más adelante adquirió un tono más social con una evidente influencia del noruego Henrik Ibsen. Fue presidente del Ateneo de Madrid (1888); presidente de la Asociación de Escritores y Artistas Españoles durante el periodo 1903 a 1908; miembro de la Real Academia Española donde ocupó el sillón «e» minúscula entre 1894 y 1916; senador vitalicio (1900) y dos veces presidente de la Real Academia de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales (1894–1896 y 1901–1916); primer presidente de la Sociedad Española de Física y Química, creada en 1903; catedrático de Física matemática de la Universidad Central (1905); presidente de la sección de Matemáticas de la Asociación Española para el Progreso de las Ciencias (1908); y primer presidente de la Sociedad Matemática Española (1911). En 1907, a propuesta de Ramón y Cajal, la Academia de Ciencias creó la Medalla Echegaray y se le concedió a José Echegaray la primera de ellas. Su extensa obra no dejó de crecer en la vejez: en la etapa final de su vida escribió 25 o 30 tomos de Física matemática.
  • Leonardo Torres Quevedo (Santa Cruz de Iguña, Molledo, Cantabria, 1852 – Madrid, 1936), fue un ingeniero de Caminos, matemático e inventor español de finales del siglo XIX y principios del XX. Llevó a cabo originales proyectos en aerostática, transbordadores, radiocontrol, y máquinas analógicas de cálculo.
  • Ignacio Tarazona y Blanch (Sedaví, Valencia, 1854 – Valencia, 1924), fue catedrático de cosmografía y física del Globo, primero en la Universidad de Barcelona y más tarde en la Universidad de Valencia. Don Ignacio Tarazona se había doctorado en ciencias exactas por la Universidad de Valencia y sentía una enorme pasión por la astronomía, por su investigación y por su divulgación.
  • Julio Cervera Baviera (Segorbe, Castellón, 1854 – Madrid, 1927), fue un ingeniero y comandante que cursó estudios de ciencias físicas en la Universidad de Valencia, cadete de caballería en Valladolid, entrando a formar parte en 1878 de la escuela de Ingenieros Militares de Guadalajara. En 1899, una vez finalizada la guerra, y centrándose ya en su faceta de ingeniero, trabajó durante 3 meses con Guillermo Marconi y su ayudante, George Kemp. Obtuvo sus primeras patentes en telegrafía sin hilos antes de finalizar el año. Según algnos investigadores, desarrolló la radio 11 años antes de que Marconi lo hiciera. Cierto es que Marconi inventó antes que Cervera la telegrafía sin hilos, pero para transmitir señales, no sonido. Cervera transmitió la voz humana -y no señales- sin hilos entre Jávea e Ibiza en 1901, la primera conexión radiofónica de la historia. Sin embargo, hay que tener en cuenta que 15 años antes que Marconi y 4 años antes que Julio Cervera, Nikola Tesla ya había hecho varias demostraciones y publicaciones de los principios de la radio.
  • Pedro Vives Vich (Igualada, 1858 – Madrid, 1938), fue un ingeniero militar español, pionero de la aerostación y la aviación, militar y civil, española. Primer español que voló en avión (1909). Fundador y primer Jefe de la Fuerza Aérea Española (nace en 1913, a instancias y bajo el mando el Vives, como Sección de Aviación del Servicio de Aeronáutica Militar, de Ingenieros Militares, dirigido por él desde 1896). Ministro de Fomento u Obras Públicas (desde 1923). Trabajó, de un lado, como pionero ingeniero investigador, diseñador, constructor y experimentador en vuelo de nuevos modelos o prototipos y formador de los primeros aerostatas y aviadores; por otro lado, puso las bases para alumbrar en España una nueva industria, la de aviación. A pesar de ser su vocación principal la técnica, desde su juventud VIves cultivó un amplio abanico de intereses intelectuales combinados con un mesurado espíritu de aventura y descubrimiento, muy acorde al romanticismo de su época. Gracias a ello, a la investigación y a la propia experimentación, sentó los cimientos de una visión enciclopédica y universal de la realidad que trascendía a la mera ingeniería. Ello explica por qué durante su larga vida activa pudo desempeñar gran diversidad de cometidos relevantes y abordarlos desde múltiples perspectivas. En 1923 y atendiendo a su profesión principal, la de ingeniero (militar y civil, en numerosas especialidades), es nombrado subsecretario del Ministerio de Fomento del Directorio formado por Primo de Rivera, cargo equivalente al de Ministro de Gobierno puesto que en la primera época de ese gobierno los responsables de las habituales carteras ministeriales fueron denominados subsecretarios, en vez de ministros. Como Ministro (subsecretario) de Fomento y con su habitual dedicación entusiasta al trabajo para regenerar España, Vives inicia un ambiciosísimo plan de Obras Públicas que comprendía la planificación de todas las que pasaron a ser (y siguen siendo) las principales carreteras y líneas de ferrocarriles de la red Nacional española, pantanos (como el de La Peña, en Aragón), traídas de agua a localidades, estaciones de ferrocarril (como la de Canfranc, en Aragón), etc.

  • Ángel Rodríguez de Prada (Cobreros, Zamora, 1859 – Aldaz, Navarra, 1935), fue sacerdote, astrónomo, matemático, físico, meteorólogo e inventor español. Perteneciente a la Orden de San Agustín desarrolló su labor educativa, científica y divulgadora en el seno de los agustinos. Se doctoró en la Universidad Central de Madrid en 1892, con la especialidad de Astronomía. El Papa León XIII lo nombró director del Observatorio Astronómico Vaticano (Specola vaticana), cargo que ostentó durante siete años (1898-1905). Publicó numerosos trabajos científicos sobre astronomía y meteorología.
  • José Comas y Solá (Barcelona, 1868 – 1937), fue un astrónomo español. De siempre mostró una gran predilección por los estudios científicos. Tenía 15 años cuando estudió un meteorito que cayó cerca de Tarragona, publicando el resultado de su búsqueda en la revista Astronomie. También de joven realizó algunos trabajos de un eclipse lunar y del enjambre meteórico de las Andromédides de noviembre de 1885. En 1886 comienza los estudios de física y matemáticas en la Universidad de Barcelona, hasta obtener la licenciatura, y nada más terminar la carrera inició sus investigaciones astronómicas. Fue un impulsor de la fotografía y el cine aplicadas a la Astronomía. Aprovechando el eclipse de Sol de 1905 una misión del Observatorio Fabra se desplazó hasta Vinaroz (Castellón) para observar el fenómeno. Comas se sirvió de un cinematógrafo Gaumont y adaptándole el prisma del espectrógrafo, registró en cine, por primera vez en el mundo, el espectro de la cromosfera solar. Estudió diversos planetas, cometas y asteroides. Además, Comas y Solá tuvo una importante faceta de periodista y divulgador científico dejando un enorme caudal de literatura científica y trabajos de divulgación astronómica.

 

  • Blas Cabrera y Felipe (Arrecife, Lanzarote, 1878 – México DF, 1945), fue un físico español, siendo considerado uno de los científicos españoles más importantes de la historia. Cabrera, desconocido para la mayoría de la ciudadanía, “es el físico español más relevante del primer tercio del siglo XX –destaca a SINC (Servicio de Información y Noticias Científicas: http://www.agenciasinc.es) el historiador de la ciencia José Manuel Sánchez Ron–, y se incorporó plenamente a la comunidad científica internacional en su campo: el magnetismo”. La calidad de los trabajos del equipo de Cabrera, que llegó a publicar alrededor de 150 investigaciones, era reconocida por los máximos expertos en magnetismo de la época. Uno de sus estudios más relevantes fue la medida de los momentos magnéticos de los iones de las tierras raras –15 elementos del grupo de los lantánidos, junto al itrio y el escandio–. Su interpretación teórica de este trabajo propició en 1925 el advenimiento de la mecánica cuántica. Los detallados experimentos fueron llevados a cabo por Cabrera y Duperier, pero la teoría la desarrolló John Hasbrouck van Vleck, de la Universidad de Harvard. Van Vleck, premio Nobel de Física en 1977, hablaba así de Cabrera: “En la historia del paramagnetismo será recordado como el físico que hizo el experimento adecuado en el momento oportuno”. En el libro del Nobel sobre la Teoría de susceptibilidades eléctrica y magnética, el nombre de Cabrera aparece con más frecuencia que el de ningún otro investigador. Como curiosidad, fue anfitrión de Albert Einstein en su célebre visita a Madrid en marzo de 1923, ensalzando su figura en una presentación en la Academia de Ciencias, bajo la atenta mirada del rey Alfonso XIII. La precisión con la que el físico español expuso el trabajo del alemán hizo responder a Einstein: “Vuestras palabras han llegado a lo más hondo de mi corazón porque demuestran la forma consciente y cariñosa con que habéis estudiado el trabajo de mi vida haciéndoos eco de la frase del poeta: Queremos recibir menos alabanzas, y, en cambio, que se nos lea con aplicación”.
  • Sixto Cámara Tecedor (Baños de Rioja, 1878 – Castañares de Rioja, 1964), fue una de las figuras más representativas de las matemáticas españolas de la primera mitad del Siglo XX. Catedrático de Geometría Analítica de la Universidad de Valencia, impartió a finales de los años veinte del siglo XX un curso de teoría atómica en el que se discutían los modelos de Bohr y Sommerfeld.
  • José María Plans y Freyre (Barcelona, 1878-Madrid, 1934), físico y matemático, fue de los primeros que introdujeron en España la Teoría de la Relatividad. La línea de su pensamiento físico quedó reflejada en su aportación a la mecánica relativista.
  • Ramón María Aller Ulloa (Lalín, Galicia, 1878-1966), fue un astrónomo, matemático y sacerdote católico español. Ramón Aller fue catedrático de la Universidad de Santiago de Compostela y realizó varios estudios y observaciones astronómicas relevantes desarrollando instrumentos que fueron adoptados por otros centros, como el Observatorio de París.
  • Josep Estalella Graells (Villafranca del Panadés, 1879 – Barcelona, 1938), fue un físico español. Se doctoró en la Universidad de Barcelona y fue profesor de la misma entre 1899 y 1905. En 1902 finalizó su tesis doctoral sobre los rayos X, llegando a ser uno de los pioneros en la investigación en este campo.
  • Emilio Herrera Linares (Granada, 1879 – Ginebra, 1967), fue un ingeniero militar español, destacado como aviador y científico. Después de finalizar la escuela inició la carrera de arquitectura, aunque abandonó para ingresar con diecisiete años en la Academia de Ingenieros de Guadalajara,1​ presidida en ese momento por el pionero en el novedoso campo de la aerostática Pedro Vives Vich, y en cuya institución se cultivaba un gran espíritu científico y experimental el nacimiento de la aviación. Finalizó la academia y se graduó como teniente en 1903, solicitando su traslado a la Escuela Práctica de Aerostación para aprender el manejo de los aerostatos. Participa en ascensiones científicas (como la observación desde un aerostato de un eclipse solar en Burgos, en 1905) y deportivas (la competición Gordon Bennet, en 1906 o el Gran Prix de París, en el que quedó en segunda posición). En 1914 es portada de los periódicos con el también militar José Ortiz Echagüe. Juntos atravesaron el estrecho de Gibraltar. Este vuelo, entre de Tetuán y Sevilla, era el primer vuelo realizado entre Europa y África. En la década de los años 20, ayuda a Juan de la Cierva con su invención del autogiro, aeronave mezcla de avión y helicóptero, que tuvo un relativo éxito. Participa en la construcción y el diseño del Laboratorio Aerodinámico de Cuatro Vientos, inaugurado en 1921. Estaba dotado de uno de los túneles de viento para el desarrollo de aeronaves más grande y modernos del momento, y sería el futuro embrión de la actual organización científica estatal Instituto Nacional de Técnica Aeroespacial (INTA). Uno de sus estudios en ese momento fue la vestimenta adecuada y los sistemas de respiración necesarios para la navegación aérea a gran altitud donde la falta de aire y las bajas temperaturas suponían un problema. En 1935 crea la escafandra estratonáutica, un modelo de escafandra autónoma para tripulantes de globos a gran altitud, precursor del traje espacial. Participó de forma destacable en la creación años después de la Escuela Superior de Aerotecnia (posteriormente, Escuela Técnica Superior de Ingenieros Aeronáuticos), nombrado como su primer director. en 1932, representó a España en la Conferencia de Desarme de la Sociedad de Naciones; en este mismo año la Academia de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales le eligió académico (medalla núm. 15), en la que ingresó el 19 de abril de 1933 con un discurso sobre Ciencia y Aeronáutica. También patenta una regla de cálculo para la resolución de problemas aerodinámicos. A poco de ingresar presenta su proyecto de ascensión en globo para el estudio de la estratosfera usando la que denominó escafandra estratonautica, antecedente de los trajes espaciales. Era un seguidor y defensor de las teoría de la relatividad de Albert Einstein, con quien tuvo amistad personal a raíz de la visita a España que el sabio alemán realizó en 1923.
  • Mónico Sánchez Moreno (Piedrabuena, Ciudad Real, 1880 – 1961), fue un inventor e ingeniero eléctrico español, pionero de la radiología, telecomunicaciones sin cables y electroterapia, conocido por el invento de un aparato portátil de rayos X y corrientes de alta frecuencia en 1909. Con 23 años emigró a Estados Unidos, y en 1907 ya era ingeniero y entró a trabajar en Foote, Pierson & Company, donde desarrolla una modificación del puente de Weasthone. En 1908 patentó el aparato que lleva su nombre: un generador portátil de corriente capaz de alimentar un tubo de rayos X. Su éxito comercial le llevó a fundar la European Electrical Sánchez Company y a regresar definitivamente a España, instalándose en su pueblo natal. Desempeñó los cargos de presidente de la Cámara de Comercio e Industria de Ciudad Real y de vicepresidente de la Federación Nacional de Ingenieros Libres.
  • Pedro Carrasco Garrorena (Badajoz, 1883 – México D.F., 1966), fue un físico y astrónomo español. Se distinguió por sus trabajos científicos en astronomía, publicando en las más prestigiosas revistas científicas. Destacó en sus estudios sobre la corona solar.
  • Esteban Terradas Illa (Barcelona, 1883 – Madrid, 1950), fue fue un científico e ingeniero español: Doctor en Ciencias Exactas y en Ciencias Físicas, Ingeniero de Caminos, Canales y Puertos e Ingeniero Industrial (1909). Terradas fue Catedrático de Física Matemática y, anteriormente, de Análisis Matemático, tercer curso (Ecuaciones Diferenciales):), en la Universidad Central de Madrid y, por oposición, de Acústica y Óptica (1907), Electricidad y Magnetismo y Mecánica Racional en la Universidad de Barcelona, y de la última asignatura en la Universidad de Zaragoza y de las Universidades de Buenos Aires y La Plata (Argentina) y Montevideo (Uruguay). Se especializó en ciencias físico-matemáticas, publicando numerosos artículos sobre estos temas y en 1909 leyó en la Academia de Ciencias y Artes de Barcelona una memoria destacada: Emisión de radiaciones por cuerpos fijos o en movimiento. Fue miembro de la Real Academia Española; Individuo de Número de la Real Academia de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales en 1911, de la Real Academia de Ciencias y Artes de Barcelona (1909), y honorario de la de Medicina de la misma capital. También ejerció una actividad pedagógica importante. Publicó artículos en la Revista de la Academia de Ciencias, de Madrid, y en el boletín del Instituto de Ciencias de Barcelona. Fundó un seminario físico-matemático, donde juntó a los científicos más valiosos de su tiempo. Fue miembro fundador de la Sección de Ciencias del Instituto de Estudios Catalanes en 1911. En 1919 fundó el Instituto de Electricidad y Mecánica Aplicadas y fue director; también ejerció de profesor de la sección de Electrotecnia de la Escuela del Trabajo. También fue miembro del Consejo Superior de Investigaciones Científicas desde su fundación, en 1940.
  • José María Meliá Bernabeu (Cabanyal, Valencia, 1885 – Peñíscola, 1974), fue un astrónomo autodidacta, escritor, periodista y profesor. Fue aprendiz de mecánico electricista de tranvías eléctricos y leía todo lo que caía en sus manos, hasta que quedó maravillado al leer un libro publicado por Robert Stawell Ball, uno de los grandes divulgadores de Astronomía de la Gran Bretaña victoriana. Con el pseudónimo de Pigmalión publicó diversos artículos de investigación sobre temas de Astronomía. Fue colaborador habitual de la prensa escrita valenciana y de Radio Valencia, donde transmitía conferencias sobre temas culturales y científicos.
  • Julio Palacios Martínez (Paniza, Zaragoza, 1891 – Madrid, 1970) fue uno de los más relevantes físicos españoles. Tras doctorarse en la Universidad Central de Madrid, Blas Cabrera le aconsejó que ampliase estudios en Leiden (Holanda), donde estudió las isotermas a baja temperatura correspondientes a los gases nobles, trabajando con H. Kamerlingh Onnes. A su vuelta, se incorporó al laboratorio de su mentor trabajando sobre la tensión superficial del mercurio y la corrección correspondiente de las lecturas barométricas. En 1926 consiguió la cátedra de Termología de la Universidad de Madrid. Posteriormente investigó sobre las estructuras cristalinas por difracción de rayos X. Asimismo, también publicó artículos relacionados con la mecánica cuántica, los ultrasonidos y su uso terapéutico, fenómenos electrolíticos, dinámica de rotación de un sólido libre… También tiene trabajos en el campo de la biología. Su obra escrita comprende 14 libros científicos y 163 artículos. Curiosamente, en 1926, el mismo año en que Erwin Schrödinger publica sus artículos seminales sobre cuantización como un problema de valores propios, que sienta las bases de la mecánica cuántica moderna, Palacios publicó en Annalen der Physik el artículo «Teoría de la emisión de luz en el modelo de Bohr-Rutherford», en el que describe el mecanismo de la emisión de la energía radiante cuando el átomo de hidrógeno absorbe un fotón de luz.
  • Miguel Antonio Catalán Sañudo (Zaragoza, 1894 – Madrid, 1957), fue el primer gran espectroscopista español. En 1913 terminaba la carrera de Ciencias, en su especialidad de Química, con Premio Extraordinario. Se doctoró en Madrid en 1917 con una tesis sobre la espectroquímica del magnesio. En 1919 comenzó a trabajar como investigador en el Imperial College de Londres. Examinando el espectro del manganeso, determinó que el espectro óptico de átomos complejos contenía grupos de líneas antes desconocidas a los que llamó «multipletes», entre las que existían regularidades características. Catalán demostró que el estudio de los multipletes llevaba a una mejor comprensión de los estados energéticos de los electrones atómicos. En 1922, Niels Bohr comentaba los resultados de Catalán en sus conferencias sobe Theory of Atomic Structure desarrolladas en Gotinga, frente alumnos del fuste de Heisemberg y Pauli…. Por invitación de Arnold Sommerfeld trabajó en la Universidad de Múnich. De hecho, fue Sommerfeld quien explicó correctamente el origen de los multipletes de líneas, el cual destacó como clave en sus conclusiones el análisis del espectro del manganeso que había realizado Catalán. Fue invitado en numerosas ocasiones de los laboratorios del National Bureau of Standards de Washington, D.C., en la Universidad de Princeton y el MIT. Tras la creación en Madrid del Instituto Nacional de Física y Química, fue nombrado jefe de la sección de Espectroscopia en 1930. Desde 1950 ejerció como director del Departamento de Espectros del Instituto de Óptica del CSIC en Madrid. En 1952 fue nombrado asesor de la Joint Commission for Spectroscopy (Comisión Conjunta de Espectroscopia), el organismo regulador para este campo.
  • Juan de la Cierva (Murcia, España, 1895 – Croydon, Reino Unido, 1936), inventor y científico aeronáutico español, ingeniero de caminos, canales y puertos y aviador. Inventó el autogiro, aparato precursor del actual helicóptero.
  • Ángela Ruiz Robles (Villamanín, León, 1895 – Ferrol, 1975), fue una maestra, escritora e inventora española, precursora del libro electrónico. La base fundamental de su trabajo radicó siempre en su necesidad vital de innovar los ámbitos de la pedagogía y la didáctica. Entre 1944 y 1949 realiza varios proyectos. En 1944 el atlas científico-gramatical, con la finalidad de dar a conocer España con gramática, sintaxis, morfología, ortografía y fonética. Después la máquina taquimecanográfica. Y, en 1949, la enciclopedia mecánica. La enciclopedia mecánica era necesaria según sus explicaciones porque: «aligera el peso de las carteras de los alumnos, hace más atractivo el aprendizaje y adapta la enseñanza al nivel de cada estudiante. Portátil, que pese poco, de uso en casa y en el colegio, con la posibilidad de adaptarse a alumnos de todos los niveles y a los que tengan problemas de visión. Apoya al aprendizaje con sonidos. Enseña varios idiomas. Facilita el aprendizaje en la oscuridad incorporando luz. Da soporte para que otros maestros añadan sus propios materiales y aminorar costes».
  • Arturo Duperier Vallesa (Pedro Bernardo, Ávila, 1896 — Madrid, 1959), fue un físico español, destacado especialmente por su estudio de la radiación cósmica, por el cual llegó a ser propuesto como candidato para el Premio Nobel de Física en 1958. En 1959 le fue concedido, a título póstumo, el Premio de Ciencias Juan March. Recibió en 1945 la Medalla y premio Faraday. Se formó desde 1924 bajo la dirección de Blas Cabrera (con quién formuló la «ley de Cabrera-Duperier), de quien era el discípulo predilecto, primero en el Laboratorio de Investigaciones Físicas, fundado en 1910, y luego en el departamento de Electricidad y Magnetismo del Instituto Nacional de Física y Química, que aquél dirigió hasta su exilio. Ejerció como profesor de la Universidad de Birmingham y en el Imperial College de Londres. Es en esta época, en la que se comenzó a considerar fundamental el conocer las variaciones de intensidad de los rayos cósmicos a nivel del mar en el transcurso del tiempo, fue requerida su participación en un proyecto desarrollado a tal fin, llevado a cabo por el Departamento de Física de la Universidad de Manchester. El proyecto estaba dirigido por el posteriomente Premio Nobel de Física P. M. S. Blackett. Duperier se consolidó, gracias al trabajo de esos años, como una autoridad mundial en materia de rayos cósmicos, la especialidad de la que ha derivado la moderna Física de partículas.
  • Felisa Martín Bravo (San Sebastián, 1898- Madrid, 1979), física y meteoróloga donostiarra. Fue la primera española doctorada en Física. Se había licenciado en 1922. Por entonces, el físico Julio Palacios ya había iniciado sus trabajos sobre rayos X y estructuras cristalinas en el Laboratorio de Investigaciones Físicas (LIF). A ese programa de investigación se incorporó Felisa. Bajo su dirección, Felisa estableció la estructura de los óxidos de níquel y cobalto y del sulfuro de plomo, aplicando los métodos de Bragg y de Debye-Scherrer, mediante rayos X, trabajo que serviría de base para su tesis doctoral (en 1926). No fue hasta 1926, una vez ya doctora, que Felisa obtuvo una beca, de nuevo de la JAE, para viajar a los EEUU, y más tarde a Cambridge (Reino Unido), donde asistió a las clases de Ernest Rutherford, aunque también pudo profundizar en las ciencias atmosféricas: contactó con C. T. R. Wilson, una autoridad mundial en electricidad atmosférica, quien le instruyó en los sondeos atmosféricos (trabajo, por cierto, que le había encargado el Servicio Meteorológico, para la aplicación a la protección aeronáutica). Entre 1933 y 1937, Felisa se reincorporó al Servicio Meteorológico.Al finalizar la Guerra Civil, fue readmitida en el nuevo Servicio Meteorológico Nacional que se creó bajo el régimen de Franco. Finalmente logró ascender al cuerpo de meteorólogos. Toda su vida laboral permanecería como funcionaria.

Una respuesta a “Científicos españoles: físicos del siglo XIX

  1. jjserpe 29/05/2017 / 08:36

    Una pequeña ampliación de uno de los físicos valencianos:

    Ignacio Tarazona y Blanch (Sedaví, Valencia, 1859 – Valencia, 1924), fue catedrático de cosmografía y física del Globo, primero en la Universidad de Barcelona y más tarde en la Universidad de Valencia. Don Ignacio Tarazona se había doctorado en ciencias exactas por la Universidad de Valencia y sentía una enorme pasión por la astronomía, por su investigación y por su divulgación. Desde 1887 hasta 1898 fue profesor en Valencia, luego estuvo en la Universidad de Barcelona hasta 1906, año en que regresa a Valencia. Gracias a él se construyeron los observatorios astronómicos en ambas universidades. Miembros de diferentes sociedades científicas, recibió diferentes galardones a lo largo de su trayectoria profesional, muy reconocida en los ámbitos de la enseñanza, la ciencia, la cultura y la investigación.

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