Científicos españoles: químicos del siglo XIX

  • Antonio de Ulloa (Sevilla, 1716 – San Fernanda, Cádiz, 1795), científico y naturalista, descubrió el elemento platino en Ecuador, siendo llevado el metal por primera vez a Europa en el año 1735. Al regresar a España de un viaje por Ecuador, su nave fue apresada por corsarios británicos. En Londres se ganó una buena reputación científica y fue hecho miembro de la Royal Society. En 1746 regresó a Madrid. Antonio de Ulloa también fue el fundador del Real Gabinete de Historia Natural, el cual dio lugar al Museo Nacional de Ciencias Naturales. También fundó el Observatorio Astronómico de Cádiz y el primer laboratorio para investigar técnicas metalúrgicas de todo el país.
  • Andrés Manuel del Río Fernández (Madrid, 1764 – Ciudad de México, 1849), científico y naturalista, fue el descubridor del elemento químico vanadio, al que él denominó eritronio. Estudió química analítica y metalurgia en España. Realizó estudios de filosofía, teología y literatura y se graduó como bachiller en 1780 en la Universidad de Alcalá y posteriormente ingresó en la Escuela de Minería de Almadén. Más tarde se trasladó a Francia donde estudió en París bajo la dirección del químico Jean d’Arcet. En 1786 fue pensionado por la corona española para seguir los cursos de la Academia de Minas de Schemnitz, (Hungría, entonces parte del imperio austriaco, y en la actualidad, Banska Stiavnica, en Eslovaquia). Continuó posteriormente sus estudios en Freiberg, en Alemania, bajo la dirección de Abraham Gottlob Werner. Se dice que llegó a ser discípulo de Antoine Lavoisier en París y que colaboró con el Abate Haüy, considerado el padre de la cristalografía.
  • Pedro Gutiérrez Bueno, químico y farmacólogo español nacido a mediados del s. XVIII y fallecido en Madrid en 1822. Fue boticario mayor de Su Majestad, y publicó un Prontuario de Química, Farmacia y Materia Médica en 1815, en el que resaltaba que la química era imprescindible para recetar los medicamentos adecuados para tratar una determinada enfermedad.
  • Juan José Delhuyar (Logroño, 1754 – Bogotá, 1796), fue un afamado químico español nacido en La Rioja que junto a su hermano Fausto logró aislar el wolframio por primera vez. Juan José fue enviado a Suecia en 1781, dado que este país estaba a la vanguardia de la ciencia química, además de que el gobierno español se interesó por los métodos suecos para fabricar cañones. Estuvo primero en Upsala en cuya universidad investigaba e impartía clases Torbern Olof Bergman. Más tarde, hará lo propio en Köping con Carl Wilhelm Scheele. Junto a Bergman, estudió los métodos modernos de laboratorio para la obtención de elementos químicos.
  • Fausto Delhuyar (Logroño, 1755 – Madrid, 1833), fue un químico e ingeniero de minas español, descubridor del wolframio junto a su hermano Juan José Delhuyar en 1783. Elhuyar estudió medicina, cirugía y química, así como en matemáticas, física e historia natural junto con su hermano en París entre 1773 y 1777. Enseñó en Vergara desde 1781 hasta 1785 como catedrático de Mineralogía y Metalurgia. Su trabajo se centró en dos áreas distintas: la enseñanza y las publicaciones y el trabajo en el Laboratorium Chemicum. Enseñó mineralogía, ciencias subterráneas y metalúrgica, así como las materias complementarias de geometría subterránea, docimasia química y dibujo técnico y tecnológico. En el laboratorio trabajó asociado a François Chavaneau, catedrático de Química en Vergara que consiguió la purificación y maleabilidad del platino, en solitario, y durante algunos meses, en el otoño de 1783, con su hermano Juan José, que terminó en el aislamiento del wolframio o tungsteno.
  • Juan Manuel de Aréjula (Lucena, Córdoba, 1755-Londres, 1830), médico y químico español. En 1784 fue enviado a París a estudiar la química con Antoine Fourcroy; su larga permanencia en la capital francesa junto a personalidad tan destacada, con quien llegó a ser «demostrador», le permitió vivir momentos cruciales en la definitiva constitución de la química. En 1795, a la sazón catedrático de química en el Colegio de Cirugía de Cádiz, fue el encargado de pronunciar el discurso de apertura del año académico, y decidió hablar Sobre la necesidad de la quimia en la teoría, y la práctica de la medicina. En su alocución destacaba que los mismos procesos que tienen lugar fuera del organismo tienen lugar también dentro del mismo, abogando por una mayor presencia de los nuevos descubrimientos en física y química en la práctica médica.
  • Juan Sánchez Cisneros, (Murcia, 1769-1838), fue mariscal de campo del Ejército, teniente coronel de Ingenieros y escritor. También fue aficionado a la química. En los años 1795 y 1796 Sánchez Cisneros realizó sus primeros estudios de química y mineralogía asistiendo a los cursos que sobre estas materias se impartían en el Laboratorio Químico Metalúrgico y en la Real Escuela de Mineralogía en Madrid y en 1798 continuó su formación académica asistiendo a los cursos de química impartidos en el Real Laboratorio de Química en la capital de España.

    En 1799 solicitaba su entrada en la Real Academia de Ciencias Naturales y Artes de Barcelona, siendo nombrado académico de número de Historia Natural, presentando, en mayo de ese mismo año, su memoria titulada Discurso físico-natural sobre la formación de las montañas calizas y su origen y el descubrimiento en la de Gibraltar de una petrificación animal que se conserva en el Real Gabinete del Laboratorio Chimico de Madrid: hecho por Dn Juan Sanchez Cisneros, Indibiduo literato en la clase de Ciencias Naturales de la Rl Sociedad Patriotica de las Ciudad de San Lúcar de Barrameda, que presenta a la Rl Academia de Ciencias de la de Barcelona.

    En 1801 se le destinaba a Valencia como capitán de Milicias. Desde la segunda mitad de 1802, Sánchez Cisneros estableció contactos con la Sociedad Económica de Valencia. En noviembre de ese año hizo entrega de una Memoria sobre el análisis del aceite del cacahuete que fue presentada en la Junta ordinaria del día 10 de ese mismo mes, y aunque aún no era socio, en la primera de estas reuniones se decidió confiarle la evaluación de las memorias presentadas sobre las minas de carbón fósil.

    También en 1802, Sánchez Cisneros continuó con la ampliación de sus estudios; en esta ocasión se desplazó nuevamente a Madrid para asistir al segundo curso de orictognosia (rama de las ciencias naturales que estudia los compuestos minerales y también a los fósiles hallados en la corteza terrestre) impartido por el mineralogista Cristiano Herrgen en el Real Estudio de Mineralogía.

    A partir de 1803, año de su ingreso en la Real Sociedad Económica de Amigos del País de Valencia como socio numerario, y hasta 1808, Sánchez Cisneros desarrolló una importante e intensa actividad dentro de la Sociedad Económica, ocupando al mes siguiente de su ingreso el cargo de vicesecretario. En 1805 Sánchez Cisneros reanudó sus publicaciones en el Diario de Valencia, que mantuvo hasta finales de 1807, redactando varios artículos sobre mineralogía, historia natural e incluso sobre los gabinetes de historia natural.

  • Mateu Orfila i Rotger (Mahón, 1787-París, 1853), químico y médico menorquín, es considerado el padre de la toxicología moderna. No siendo posible estudiar Medicina en Menorca, Orfila viajó a Valencia en septiembre de 1804 para asistir a las clases impartidas en la Facultad de Medicina. Ante las carencias educativas que encontró, decidió aprender química por sí mismo a través de las obras de los principales autores franceses y de pequeñas experiencias que realizaba en su casa con la ayuda de algunos aficionados a esta ciencia, como Juan Sánchez Cisneros, un militar ilustrado que había estudiado en París y que realizó numerosos trabajos relacionados con la mineralogía, la química y la agronomía desde la Sociedad Económica de Amigos del País de Valencia. Orfila pudo adquirir así una extraordinaria formación en química que le permitió deslumbrar a sus compañeros y profesores durante un concurso público celebrado en junio de 1805. Sin embargo, sus profesores y compañeros de Medicina protestaban cuando intentaba introducir los nuevos saberes químicos en el aula. Al no encontrar el ambiente intelectual necesario para sus estudios, envió a su padre varias cartas durante el verano de 1805 en las que describía muy negativamente la enseñanza de la Medicina en Valencia; su propósito era que le permitiera continuar sus estudios en Barcelona. A principios de 1807, tras un informe favorable de Francisco Carbonell, la Real Junta de Comercio de Barcelona le otorgó una beca (o pensión, según la lengua de la época) para que viajara a Madrid y después a París a continuar los estudios de Química y Mineralogía durante cuatro años, con el fin de que tras su regreso se hiciera cargo de una segunda cátedra de química en Barcelona. Al mismo tiempo que seguía sus estudios en la Facultad de Medicina de París, Orfila organizó cursos de química y de otras ciencias naturales que lo hicieron famoso y le permitieron obtener ingresos suficientes para rechazar las ofertas de regreso a España que le fueron formuladas por el gobierno de Fernando VII. Adquirió también gran fama como cantante en los salones de París. Entre 1814 y 1817 aparecieron sus dos principales obras: Traité des Poisons («Tratado sobre los venenos») y Eléments de chimie médicale («Elementos de química médica») que le reportaron un gran reconocimiento entre la comunidad científica francesa. En 1819, fue nombrado profesor de la Facultad de Medicina, iniciando así un imparable ascenso que le conduciría a ocupar los más altos cargos de la Medicina francesa en los años de la monarquía orleanista entre 1830 y 1848.
  • Antonio Casares Rodríguez (Monforte, Lugo, 1812-Santiago de Compostela, 1888), primer catedrático de Química de la Universidad de Santiago, introductor del análisis espectroscópico en nuestro país, líder del equipo que realizó la primera anestesia clorofórmica en España. Fue, en definitiva, uno de los creadores del análisis químico e iniciador de la espectroscopia experimental. Asimismo fue un experto en nutrición y toxicología. Es también un referente en el análisis de aguas minero-medicinales, que llevó a cabo durante 40 años. Detectó la presencia de rubidio y cesio en aguas gallegas. En 1843 se instaló como farmacéutico en Santiago, en la Praza do Toural, en una farmacia que hoy en día sigue en funcionamiento y en propiedad de descendientes directos de Casares. Además, realizó la primera iluminación pública por electricidad, mediante arco voltaico en nuestro país.
  • Josep Monserrat i Riutort (Valencia, 1814-1885), químico y médico valenciano. Estudió medicina en la Universidad de Valencia licenciándose en 1835. Completó sus estudios de medicina en Paris, pero su verdadera afición era la química por lo que obtuvo el doctorado en dicha disciplina en 1847, siendo nombrado Catedrático de Química en la Universidad de Valencia. Pionero en el ámbito valenciano de la utilización de la fotografía aplicado a los estudios universitarios con fines científicos. En 1840 fundó junto con otros profesionales el Instituto Médico Valenciano. Desde 1842 fue miembro de la Sociedad Económica de Amigos del País de Valencia. Entre 1844 y 1853, ocupó de forma interina la Cátedra de Ventura Mugártegui y fue profesor interino de Química General en la Universidad de Valencia durante los cursos de 1845 a 1847, año en el que obtuvo el título de licenciado en Medicina, el de doctor en Ciencias Físico-químicas y en el que ganó las oposiciones a la Cátedra de Química General de Valencia, la cual desempeñó hasta su muerte. Durante sus años como catedrático, reformó y ordenó el laboratorio químico de la Universidad. Se encargó asimismo de la enseñanza de la Química Aplicada a las Artes en la recién creada Escuela Industrial y de Análisis Químico en la Facultad de Medicina. En 1849 es elegido académico de la Real Academia de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales. En 1860, fue nombrado miembro de la Comisión Científica encargada de estudiar en España el eclipse de sol previsto para el 18 de julio en el Desierto de las Palmas (Castellón), que fue observado por numerosas comisiones científicas extranjeras llegadas al efecto. Monserrat realizó cinco fotografías del eclipse que confirmaron el origen solar de las protuberancias que se veían en el borde de la luna durante el fenómeno. En agosto de 1860, fue nombrado decano de la Facultad de Ciencias de Valencia. Durante los siguientes años, se dedicó fundamentalmente a la química, sobre todo industrial, resaltando la necesidad de instalar en Valencia una fábrica de ácido sulfúrico y de mejorar la industria azulejera con la introducción de los últimos avances químicos. Su actividad médica, aunque menor, se centró en el estudio del metabolismo de las proteínas, que plasmó en una de sus escasas publicaciones, un discurso original dado en 1862 en la Real Academia de Medicina de Valencia, institución a la que pertenecía desde 1859. También a la ciencia médica aplicó sus conocimientos meteorológicos, reflejados en un estudio comparativo entre la mortalidad del cólera y la situación meteorológica realizado durante la epidemia que asoló la capital valenciana en 1865. Desde ese año hasta 1872, fue director de la estación meteorológica de Valencia. En 1870, fue designado de nuevo para formar parte de una comisión científica que se desplazó a Estepona con el fin de fotografiar otro eclipse solar: el del 22 de diciembre. Ese mismo año, se encargó de fabricar ácido fénico para combatir la epidemia de fiebre amarilla en curso; por entonces, se ocupaba también de elaborar el cloroformo que utilizaban los cirujanos valencianos como anestésico y el hipoclorito que se administraba como antiséptico. Fue rector de la Universidad de Valencia entre el 1 de julio de 1871 y el 24 de septiembre de 1880. Durante su mandato como rector, reformó el Jardín Botánico y el Museo de Ciencias Naturales de la Universidad. En 1877, durante la epidemia de triquinosis en Villar del Arzobispo, su discípulo Pablo Colvée realizó en el laboratorio químico de la Universidad de Valencia las primeras observaciones españolas del microparásito causante de la enfermedad. Este hallazgo sirvió de punto de partida a la introducción de la Microbiología en Valencia, materia sobre la que, durante el año académico 1878-1879, Vicente Peset Cervera, también discípulo de Monserrat, y Pablo Colvée impartieron en su laboratorio uno de los primeros cursos que se dieron en España. En 1880 se estableció en Valencia, gracias a su esfuerzo, el laboratorio químico municipal para la detección de adulteraciones en los alimentos.
  • Mariano Santiesteban de la Fuente (Alcalá de Henares, 1821 – Madrid, 1866), fue un farmacéutico y profesor de física y química español. Bachiller en Farmacia en 1843, licenciado en Farmacia en 1846, licenciado en la Facultad de Filosofía (sección Ciencias Físico-Matemáticas) en 1850, y doctor en la Facultad de Filosofía (sección Ciencias Físico-Matemáticas) en 1855. El profesor Mariano Santisteban de la Fuente comenzó su carrera docente en 1837, como ayudante de la clase de Física Experimental del catedrático de la asignatura D. Vicente Santiago de Masarnau en la Universidad de Madrid. En 1841 continuará su labor docente como Catedrático de Física Experimental de la Universidad Literaria de Madrid. Santisteban ocupó este puesto hasta que en 1846 fue nombrado regente agregado a la sección de ciencias físico-matemáticas de la Universidad Central de Madrid.

    El resto de su carrera docente se desarrolló en los Institutos de Segunda Enseñanza. En 1846 empezó a encargarse de la asignatura de Física y Química del Instituto de Noviciado (Madrid). En 1848 pasó a encargarse de la misma asignatura en el Instituto San Isidro de la capital, donde consiguió la catedra en 1850. Ocupará dicha cátedra hasta su fallecimiento en Madrid en 1886.

    Siendo ya catedrático de instituto no dudó en realizar otras actividades. En 1852 dirigió los repasos de la asignatura de Física en la Escuela de Filosofía. También realizó cursos extraordinarios gratuitos para los alumnos del San Isidro de Madrid (de 1865 a 1868). En 1868 fundó una Escuela Politécnica en la que se daban diferentes asignaturas técnicas con el objetivo de preparar a los alumnos para seguir estudios de aplicación que, mediante el seguimiento de asignaturas específicas, conducían al titulo de peritaje. El curso 1873/74 realizó una clase libre y gratuita de física experimental con aplicaciones a la medicina y a la farmacia en el propio Instituto San Isidro, a la que asistieron 158 alumnos.

    El resto de su carrera profesional estuvo dedicada a mejorar la dotación instrumental de los centros de segunda enseñanza. Cuando de forma provisional se encargó de la asignatura de Física y Química en el Instituto San Isidro en 1848, lo hace en sustitución de Juan Chavarri, titular de la plaza. Este último había sido comisionado por el Consejo de Instrucción Pública para adquirir instrumental de Física y Química en París en 1846. En 1847, la Universidad Central encargó al propio Santisteban el examen, distribución y remisión de los instrumentos de Física y Química, adquiridos en París, con destino a las Universidades del Reino. Su experiencia en esta labor le llevó a ser nombrado vocal por la comisión de la Universidad Central encargada de proponer los aparatos para las clases experimentales que habían de adquirir los institutos agregados a esa Universidad.

    Santisteban fue también el creador del laboratorio de química del Instituto San Isidro. Además, el director del centro le encomendó una investigación sobre el gabinete de física y sus instrumentos. Hizo muchas peticiones a las autoridades de instrucción pública para que se devolvieran al instituto los bienes incautados por el Estado.

    La parte más importante de la enseñanza de la Física y Química para Santisteban eran los instrumentos y sus aplicaciones. Estos contenidos dieron lugar a sus obras más importantes. La más importante fue su libro de texto de la asignatura de Física y Química que escribió junto con D. Manuel Rico Sinobás y que tuvo 11 ediciones en vida de su autor, entre 1856 y 1887. También son importantes las colecciones de Problemas de Física y Química que publicó, al menos, en 1868, 1869 y 1872.

  • Ramón Torres Muñoz de Luna (Madrid, 1822-Málaga, 1890) fue un químico y farmacéutico español. Doctor en Farmacia, catedrático de Química en la facultad de Ciencias, consejero de Sanidad y de Agricultura, Industria y Comercio, fue uno de los primeros miembros de la Sociedad Antropológica Española, fundada en 1865.​Tras graduarse en Madrid en 1844, en 1849 partió al extranjero, primero París para luego marchar a Giessen, donde entraría en contacto con Justus von Liebig. Luego volvió a España en 1851. Nombrado por Real Orden del 18 de marzo de 1859 profesor de Física y Química del entonces príncipe de Asturias, el futuro Alfonso XII,​ fue el único español que asistió al Congreso de Karlsruhe de 1860. Estudió el uso del «gas hiponítrico» como desinfectante.

    Fue autor de La Química en sus principales aplicaciones a la agricultura (1856),12​ Lecciones elementales de química general (1861, 1864, 1872), Influencia de los Fosfatos térreos en la vegetación y procedimientos más económicos para utilizarlos en la producción de cereales en la península (1864) o La ciencia al alcance de los niños: trozos morales e instructivos, en prosa y verso (1882). Tradujo obras al castellano, como por ejemplo Curso completo de farmacia (1848), en dos volúmenes, del francés Louis René Le Canu, o Nuevas cartas sobre la química considerada en sus aplicaciones a la industria, a la fisiología y a la agricultura (1853), del alemán Liebig.​ Pío Baroja, en su libro desde la última vuelta del camino, señala que fue profesor suyo en primera de medicina y de la asignatura de química.

  • José Soler Sáchez (Alicante, 1840 – 1908), fue un farmacéutico español. A los 21 años era ya Licenciado en Farmacia. En 1865 logró el título de Doctor en Ciencias (sección de Física) con una memoria sobre La importancia de la teoría electroquímica, que años después dará lugar a Las teorías de la química (Madrid, 1874). Fue ayudante interino de Química General en la Universidad Central de Madrid, y en 1871 conseguía el puesto de catedrático numerario de Química Inorgánica.Antes, en 1866, fundó un laboratorio de análisis químico que era único de su clase en España, donde se analizaban aguas, tierras, abonos, vino, aceites, tejidos, minerales, etc. Sin embargo, en 1874 regresa a Alicante al fallecer su padre y tener que encargarse de la farmacia familiar. Sin embargo, poco tiempo después rehace su carrera como docente, y en 1876 ganó una oposición para la Cátedra de Física y Química en la , cargo que ocupó hasta su traslado al Instituto de Alicante, donde impartió docencia durante 32 años. Autor de varios libros de indudable valor científico y pedagógico, a este catedrático y farmacéutico muy apreciado por sus paisanos se le considera introductor en España de las nuevas teorías atómicas de la materia.
  • José Casares Gil (Santiago de Compostela, 1866 – 1961), químico y farmacéutico español. En 1896 fue en viaje de estudios a Múnich, donde trabajó bajo la dirección del profesor Adolph Baeyer. Por este motivo conoció las técnicas de la investigación química, que tanto esplendor tenían entonces en Alemania. Fue condiscípulo de Richard Willstätter, Heinrich Wieland y otros, con los que mantuvo estrecha amistad durante toda su vida. Deseoso de completar su formación con el conocimiento de otras escuelas, estuvo en París con Henri Moissan, el descubridor del flúor y autor de brillantes técnicas de investigación en bajas y altas temperaturas. Más tarde, en 1899, se trasladó a los EEUU, donde trabajó en Nueva York con Smidt en la separación de metales nobles y tierras raras.
  • Pompeu Fabra i Poch (Vila de Gràcia, Barcelona, 1868 – Prada de Conflent, 1948), fue un ingeniero y filólogo catalán, conocido por haber establecido la normativa moderna de la lengua catalana. Cursó estudios de ingeniería industrial, los cuales alternó progresivamente con una fuerte inclinación autodidacta por la filología. En 1902 ganó por oposición la cátedra de Química de la Escuela de Ingenieros de Bilbao. Años después regresó a Cataluña para fundar la sección filológica del Institut d’Estudis Catalans. En 1932 accedió directamente a la cátedra de lengua catalana de la Universitat de Barcelona.
  • José Muñoz del Castillo (Granada, 1850 – 1926), fue un farmacéutico español. Fue doctor en Ciencias Físico-Químicas. En 1869 obtiene, por oposición, la cátedra de Elementos de Física y Química del Instituto Provincial de 2ª Enseñanza de Logroño de la que toma posesión a partir del 26 de Mayode 1870. Cesa en 1881 por ascenso a la cátedra de Ampliación de Física en la Universidad de Zaragoza. Encontrándose al mando del Observatorio Meteorológico, formado en el Instituto desde 1863, participa en la reinstalación del mismo, en 1879, con la creación de un servicio provincial meteorológico, formado por 11 observatorios repartidos por toda la provincia riojana. Trasladado definitivamente a Madrid en 1887, desarrolló una larga tarea docente que se prolongó más de treinta años. Anexo a su cátedra de mecánica química fundó el Instituto de la Radioactividad, dirigió el Boletín correspondiente y fue pionero en España como preparador de medicamentos radioactivos. Profesor de la Escuela de Artes y Oficios, miembro de la Academia de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales, concejal, senador, incansable viajero por Europa, asistió como representante oficial de España al Congreso de Radiología de Lieja de 1907 y a otras reuniones científicas internacionales. Escribió numerosos trabajos relacionados con las ciencias naturales y físico-químicas, abordando preferentemente aspectos de aplicación práctica.
  • Conrado Granell Modesto (Sueca, Valencia, 1877 – Valencia, 1964), fue un químico español. Obtuvo la licenciatura en Ciencias Químicas por la Universitat de València en 1901. Tras un tiempo ejerciendo la docencia en su Sueca natal, marchó a Madrid para continuar con su carrera investigadora, y tenía previsto presentar una tesis titulada «Consideraciones acerca de la teoría de los iones», donde revisaba críticamente esta teoría química. Sin embargo, no estando seguro de sus conclusiones, cambió de tema y terminó doctorándose en 1907 con una tesis titulada «Los minerales de Wolframio en España». Granell publicó diversos artículos y libros, incluyendo un libro de texto de química general titulado «Tratado elemental de Química moderna» (1906). Aunque inicialmente su trabajo estuvo muy ligado al mundo académico, poco a poco se fue interesando por otros ámbitos más aplicados, e impartió diferentes cursos y charlas a otros colectivos, como agricultores y obreros. Finalmente abrió en Madrid un laboratorio de análisis químico (de aguas minerales, leche, orina, productos agrícolas, suelos…). Durante esta actividad registró 16 patentes sobre abonos potásicos, pesticidas, sistemas de arado, y procedimientos para producir arroz integral y purificar aguas minerales. Además, también estudió biología y se interesó mucho por cuestiones agrarias, como por ejemplo en cómo favorecer la producción de arroz y naranja, productos emblemáticos de su Sueca natal. Además, diseñó filtros de aguas minerales conocidos como «filtros Sinaí», patentados en 1927 y mejorados en 1933. Tuvieron mucho éxito al combinar su eficacia con un atractivo diseño acabado en cerámica. De hecho, constituyen un magnífico ejemplo de cerámica valenciana, y eran producidos casi en exclusiva por la fábrica de Vicente Montaner Lerma en Manises.
  • José Giral Pereira (Santiago de Cuba, 1879 – México DF, 1962), fue un político, químico y farmacéutico español de origen cubano, varias veces ministro durante el período de la Segunda República Española y Presidente del gobierno republicano en el exilio tras la Segunda Guerra Mundial. Una vez finalizados sus estudios de química y de farmacia en Madrid, se doctoró en química en 1902 y en farmacia en 1904, y ganó en 1905 la cátedra de química orgánica en la Universidad de Salamanca. De su periplo salmantino cabe destacar la fundación de la Sociedad Química de la ciudad, así como la redacción de su libro «Análisis orgánico funcional». En 1920 retorna a Madrid para abrir una farmacia. Al proclamarse la II República (14 de abril de 1931) fue nombrado rector de la Universidad Central de Madrid y consejero de Estado.
  • José Gascó Oliag (Valencia, 1879 – 1947) fue un químico español. Catedrático de Química Inorgánica y de Química Técnica y Electroquímica de la Universidad de Valencia; profesor de la escuela de Cerámica de Manises; secretario de la Facultad de Ciencias de Valencia desde 1919 hasta 1930; Vicerrector de la Universidad de Valencia; pirotécnico. Le fue otorgada Encomienda con placa de la medalla de Alfonso X El Sabio. Fue profesor en la Universidad de Valencia entre 1914 y 1936, rehabilitado en 1939 y nombrado Vicerrector. Además, fue miembro de la Real Academia de Medicina y Cirugía de Valencia y socio fundador de la Real Academia de Física y Química. Presidente de la Asociación Española del Progreso de la Ciencia. Concejal del Ayuntamiento de Valencia. Director del Centro de Cultura Valenciana. También estudió las licenciaturas de perito químico y mecánico, instalando en 1904 un laboratorio de análisis químicos industriales en su casa situada primero en la calle Conde Montornés y posteriormente en la Calle de Jovellanos con gran oposición de su familia que lo criticaba diciendo cada día “si se iba a la cocina de Montornés” (calle cercana al domicilio familiar); realizó gran número de trabajos y guardaba las muestras de sus análisis hasta 5 años. Como dijo Eduardo Primo Yúfera puso orden en la producción industrial Valenciana y el mercado de abonos, aceites minerales y combustibles. Fue ejemplo paradigmático entre ciencia y sociedad. En octubre de 1929 en la solemne apertura de curso 1929-1930 de la Universidad de Valencia, pronunció el discurso inaugural el Prof. José Gascó Oliag sobre el tema “La Química al servicio de la Patria” siendo Rector de la misma D. Joaquín Ros. En el cual defendía la necesidad de aparición de leyes estatales que protegieran a la industria del intrusismo de profesionales nacionales y extranjeros que sin poseer título universitario interferían en la industria, lo recalcaba con estas palabras: ¨...reivindicar un título académico y determinar su carácter profesional”. En este mismo discurso las palabras finales fueron: “Honremos a los sabios, démosles mayores honores, facilitemos sus trabajos de investigación; cuantos esfuerzos se hagan en este sentido, no serán sino anticipos de los que la Patria obtendrá con el tiempo beneficios incalculables”. En diciembre de 1932 en la Segunda Reunión Anual de la Sociedad Española de Física y Química que se celebró en Barcelona, José Gascó Oliag fue elegido Presidente de la sección de Química Inorgánica y Analítica. Su última disertación fue la presentada en 1945 en el salón de actos de la Feria Muestrario Internacional que versó sobre ¨La corrosión de los metales¨ y tuvo gran repercusión científica, tanto nacional como internacional.
  • Benito Oliver Rodés (Barcelona, 1880-1970), doctor en Farmacia. En 1902, inició un Libro Registro de Análisis con numeración independiente del libro recetario de su farmacia en Barcelona. De este modo quedó fundado el Laboratorio de Análisis que ha seguido funcionando sin interrupción, y que en el año 2002 celebró su centenario. En 1928 se incorpora su hijo, el Dr. Benito Oliver Suñé, quién introduce la microbiología clínica, alimentaria e industrial. En 1974, su nieto Benito Oliver-Rodés Clapés orienta el trabajo del laboratorio hacia el análisis de todo tipo de aguas y a la microbiología alimentaria, ofreciendo además asesoramiento profesional, técnico y legal. Actualmente su nombre aparece en la mayoría de aguas envasadas, aparte de en otros productos. Actualmente, Jorge Oliver-Rodés Sen, bisnieto del fundador, continúa la tradición familiar en la Dirección de la empresa.
  • Martina Casiano Mayor (Madrid, 1881 – 1958), fue la primera socia de la Sociedad Española de Física y Química. En el año 1905 ocupó el puesto de profesora en un colegio público y apenas unos meses después se traslada a la Escuela Normal de Maestras de Vizcaya. En el año 1911 marcha a Madrid para realizar un curso de química, y al año siguiente es admitida por la Real Academia de Física y Química. Ese mismo año viaja a Alemania (1912-1913) gracias a una de las becas de la Junta para Ampliación de Estudios. Finalizada la beca regresa a Bilbao, pero al año siguiente vuelve a solicitar la beca para viajar a Alemania y realizar estudios sobre la física y la química.Martina Casiano proseguiría su labor como docente, dando clases exclusivamente a mujeres, a lo largo de casi 30 años. Desempeñó su trabajo fundamentalmente como profesora titular de Física y Química.
  • Enrique Moles Ormella (Barcelona, 1883 – Madrid, 1953), farmacéutico, químico y físico español, considerado el químico más relevante de la ciencia española anterior a la Guerra Civil, e introductor de la Química Física en España. Fue jefe de la sección de Química Física en el Laboratorio de Investigaciones Físicas que dirigía Blas Cabrera. Se centró fundamentalmente en la determinación de las masas atómicas de los elementos por medio del método de las densidades límite de los gases, aunque también se ocupó de otras materias, como la determinación de los volúmenes moleculares. Esto le valió los premios internacionales Cannizzaro, Van’t Hoff y Solvay. Fue reconocido internacionalmente por sus trabajos de determinación de los pesos atómicos. Creyó que basándose exclusivamente en datos experimentales era posible fijar los pesos atómicos y moleculares de los elementos. La dificultad práctica de obtener medidas físicas como la temperatura, la presión o el peso, cuando lo que se buscaba era la mayor precisión posible, constituía el principal reto al que entonces se enfrentaban los investigadores. Y fue en este punto donde Moles centró su atención, diseñando técnicas de gran sofisticación para la época, que le valieron el reconocimiento internacional: en 1921 fue invitado por el profesor Moureu, presidente de la Unión Internacional de Química Pura y Aplicada (IUPAC), a formar parte de la Comisión Internacional de Pesos Atómicos, con científicos como Brauner, Guye, Nasini, Richards y Swarts. Representó oficialmente a España en la Conferencia de la Unión Internacional de Química Pura y Aplicada celebrada en Bruselas el 27 de junio de 1921. En 1934 organizó, junto con la Sociedad Española de Física y Química, el IX Congreso Internacional de Química, y casi dos décadas después, en 1951, fue nombrado para ocupar el cargo de secretario de la Comisión Internacional de Pesos Atómicos de la Unión Internacional de Química. También fue vicepresidente de la IUPAC.
  • Joan Peset i Aleixandre (Godella, 1886 – Paterna, 1941) fue un médico, catedrático de universidad y político español. Con apenas 22 años, había completado cinco carreras: era doctor en Medicina (1907), Química (1908) y Derecho (1909), así como perito químico y mecánico. Su tesis doctoral en química versó sobre un Nuevo método general para la determinación electrocuantitativa de los metales muy oxidables. Además, obtuvo una pensión de la a Junta para Ampliación de Estudios e Investigaciones Científicas (JAE) para especializarse en análisis químico aplicado a la medicina legal. De hecho, en noviembre de 1907 viajó a Wiesbaden, donde estuvo en el laboratori Fresenius, uno de los centros más prestigiosos de Europa en el campo de la química analítica. Unos cuantos meses después se trasladó a París para continuar su formación en el laboratorio de toxicología que diría Jules Ogier. Finalmente, su trayectoria profesional se decantó por la Medicina, siendo uno de los máximos exponentes de la medicina experimental o de laboratorio en España y liderando un importante grupo experimentalista en la Universidad de Valencia. Llegó a ser catedrático de Toxicología y Medicina Legal en la Facultad de Medicina de la Universidad de Valencia, siendo decano de aquella entre 1930 y 1931. Fue también rector entre 1932 y 1934. Fue fusilado por las autoridades franquistas tras el final de la Guerra Civil.
  • Ignasi Puig i Simon (Manresa, 1887-Barcelona, 1961), fue un químico y astrónomo español. Miembro de la Compañía de Jesús desde 1903. Infatigable publicista y divulgador científico. Fue profesor del Instituto Químico de Sarrià desde 1921 hasta 1924. En 1935 fundó el observatorio de física cósmica de San Miguel, cerca de Buenos Aires, que dirigió hasta 1944.
  • Antonio García Banús (Valencia, 1888-Venezuela, 1955), fue un químico español, sobrino del pintor Joaquin Sorolla. Se licenció en Ciencias Químicas en Madrid en 1910. Continuó su formación, como pensionado de la JAE, en la Eidgenössische Technische Hochschule (ETH) de Zürich donde preparó su doctorado en química orgánica, en el nuevo campo de los radicales libres, en el laboratorio de Julius Schmidlin. Durante esta estancia en Suiza, se granjeó una buena reputación entre sus pares germanoparlantes, publicando artículos relativamente influyentes en sus revistas y llegando a innovar en distintas técnicas y aparatos para la síntesis y aislamiento de los trifenilmetilos. Se exilió debido a la Guerra Civil, marchó primero a Colombia donde fundó la Escuela de Química de la Universidad Nacional de Bogotá y más tarde fue a Venezuela, donde fundó el Laboratorio de Investigaciones de Química Orgánica de la Universidad de los Andes en Mérida.
  • Carmen Valero Gimeno (Silla, València, 1893 – 1962), va ser una mestra, química, intel·lectual, feminista i sindicalista. Malgrat les limitacions que el fet de ser dona li imposava en aquella època, al llarg de la seua vida va reunir cinc titulacions, la de Mestra Nacional (1913), la de Batxiller (1918), la de Perit Mercantil (1918), la de Professora Mercantil (1920) i la llicenciatura en Ciències Químiques (1923). També va publicar un llibre de càlcul titulat Problemas y ejercicios de Aritmética elemental, el qual va servir posteriorment de text a l’Escola de Comerç. Valero va optar per la branca pedagògica, des de la qual reivindicaria una educació integradora de la dona. En 1923, va sol·licitar el reingrés en Magisteri, i fou destinada a Oliva. Va optar per aplicar les tècniques de Freinet, basades en els postulats laics del pedagog francès Célestin Freinet. També es va centrar a eliminar la discriminació de sexes que imposava el sistema educatiu. Els temaris oficials d’ensenyament femení de l’època s’enfocaven a les cures i tasques de la llar, en detriment de les assignatures de ciències i càlcul. Per a Valero, estes últimes eren fonamentals a l’educació dels individus de qualsevol sexe. Els temaris oficials d’ensenyament femení de l’època s’enfocaven a les cures i tasques de la llar, en detriment de les assignatures de ciències i càlcul. Per a Valero, aquestes últimes eren fonamentals en l’educació dels individus de qualsevol sexe. Després de la Guerra Civil, va ser absolta d’un delicte d’exaltació per les autoritats franquistes, però això no li va evitar passar per un procés de depuració professional pel qual se la condemnava a 12 anys d’inhabilitació. Va tornar a Silla en situació de llibertat vigilada, on sobrevivia fent classes clandestines de comptabilitat i reforç als alumnes de batxillerat. En 1951 el Jutjat Superior de Revisions li permet el reingrés al Magisteri en la població de Bétera, tornant a reintegrar-se a l’ensenyament als 57 anys.
  • Josep Pascual Vila (Mataró, Barcelona, 1895-1979), fue un químico y farmacéutico español. Fue doctor en Ciencias Químicas y en Farmacia, catedrático de Química Orgánica en las Facultades de Ciencias de Real Academia de Ciencias de Salamanca, Sevilla y Barcelona. Fue además Vocal del Consejo Superior de Investigaciones Científicas. Su especialidad fue la química orgánica. Se trata de una figura clave para entender el desarrollo y consolidación de la investigación en Química Orgánica en Barcelona, desde las primeras décadas del siglo, en el contexto de la Junta para Ampliación de Estudios e Investigaciones Científicas (JAE), hasta el Franquismo y la Transición. Se licenció en Farmacia y Ciencias en la Universidad de Barcelona (UB), los años 1916 y 1917, respectivamente, con premio extraordinario en ambos casos. Amplió después estudios en Madrid, en el Laboratorio de Investigaciones Físicas (LIF), asistiendo a los cursos de Química física y Electroquímica que imhistoria partían los químicos Enrique Moles y Julio Guzmán. De vuelta a la Universidad de Barcelona, Pascual se incorporó como auxiliar temporal en el Laboratorio de Química Orgánica dirigido por Antonio García Banús. Este químico valenciano, formado en el Instituto Federal Politécnico (ETH) de Zúrich, ocupaba la cátedra de Química Orgánica de la UB desde 1915, e inició una escuela de investigación en esta disciplina en la universidad catalana, con la instalación de unos laboratorios bien equipados en los que la investigación experimental, pasaba a formar parte del trabajo habitual del profesor y de los alumnos. De García Banús, aprendió las bases y fundamentos teóricos y experimentales de la Química Orgánica, que él mismo aplicó en la realización de la tesis doctoral “Sobre la tautomería del cloruro de bencilmagnesio”, presentada en la Universidad de Madrid en 1922. En la primavera de este mismo año, con una beca de la UB, Pascual se desplazó al Laboratorio de Heinrich Wieland, en la Universidad de Friburgo, donde se inició en el estudio de los ácidos biliares, tema por el que Wieland obtendría el Premio Nobel en 1927. Esta estancia fue muy provechosa para él, ya que se inició en un campo nuevo orientado a la aplicación de compuestos orgánicos en medicina, tema de su tesis doctoral en Farmacia “Un procedimiento de deshidroxilación parcial de los ácidos colálicos”, presentada en 1926. Durante su estancia en Alemania, realizó una corta visita a la Universidad de Graz (Austria), donde se inició en el análisis químico elemental con Fritz Pregl, que había recibido el Premio Nobel en 1923, por el desarrollo de dicho método. En noviembre de este mismo año obtuvo por oposición la cátedra de Química Orgánica de la Facultad de Ciencias de la Universidad de Salamanca. En 1925 se trasladó a la Universidad de Sevilla, ciudad en la que se consolidó como catedrático y figura destacada de la Química Orgánica española, una autoridad que ejercería durante toda su larga vida profesional y científica. Bajo su dirección se inició, prácticamente, en Sevilla la investigación en Química Orgánica, y se presentaron las primeras tesis doctorales; impartió también las materias de Electroquímica y Química Teórica, que progresivamente se iban incorporando a las universidades españolas. En 1926 se constituyó en Sevilla la Sección local de la Sociedad Española de Física y Química –la primera que se establecía, bajo el impulso del presidente de la Sociedad, Enrique Moles– con una junta integrada por los químicos Francisco Yoldi, Manuel Lora-Tamayo y el propio Pascual, que organizó en 1929 la primera reunión de la Sociedad, germen de las actuales Bienales. Más tarde, el Patronato de la UAB (Universidad Autónoma de Barcelona) le nombró profesor agregado de Química Técnica, en noviembre de 1933, si bien no se incorporó hasta el comienzo del curso siguiente. En enero de 1941, Pascual obtuvo, tras el informe preceptivo del CSIC, la cátedra de Química Orgánica de la Facultad de Ciencias de la UB (Universidad de Barcelona). Pascual impartió regularmente las asignaturas de Química Orgánica de la licenciatura de Química y fue de los primeros que, de forma ininterrumpida, dictó cursos de doctorado sobre distintos aspectos de su disciplina. Estuvo encargado, también, de la Química General en la licenciatura de Medicina, para la que escribió un libro de texto.
  • Jesús Yoldi Bereau (Arizkun, Navarra, 1894-Víznar, Granada, 1936), fue catedrático de Química General en la Facultad de Ciencias de la Universidad de Granada desde 1924 hasta 1936. Socio fundador y vocal de la Sección Local de la Sociedad Española de Física y Química desde 1930, Jesús Yoldi fue miembro de la Junta de Gobierno de la Universidad desde 1931 y alcalde de la ciudad en 1932. Murió fusilado por los militares sublevados contra la II República. El discurso de apertura del curso académico 1929-30, en la Universidad de Granada, fue pronunciado por el profesor Yoldi y versó sobre El elemento químico: su evolución y concepto actual. Su lectura pone de manifiesto el perfecto conocimiento que el profesor Yoldi tenía de los últimos avances producidos en la Química durante el primer cuarto del siglo XX. No consta que el profesor Yoldi publicara trabajos científicos en revistas de Química o afines. Si fue, sin embargo, un miembro muy activo de la Facultad de Ciencias en todo lo referente a la enseñanza de la Química y también de la sección local de la Sociedad Española de Física y Química.Probablemente es a finales de abril de 1931, en una visita que realizan a la ciudad, cuando vemos al profesor Yoldi y al Decano de la Facultad de Ciencias, Gonzalo Gallas, junto al premio Nobel de Química Pieter Zeeman, en los jardines del Botánico.
  • Ramón de Izaguirre y Porset (1899 – 1952), se licenció en la Universidad de Oviedo, hizo su doctorado en Madrid con E. Moles y fue director de la fábrica de amoníaco sintético de la Sociedad Ibérica del Nitrógeno en Langreo (Asturias). En 1922 publicó junto con Wolfgang Ostwald una teoría para la adsorción en disolución. La teoría desarrollada por Wolfgang Ostwald y Ramón de Izaguirre en la Universidad de Leipzig (Alemania) para la adsorción en disolución surgió en un momento (segunda década del siglo XX) de particular brillantez para la química de superficies. En 1934 obtuvo la cátedra de Química Teórica y Electroquímica en la Universidad de Oviedo.

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